Aminetou Mint Moctar: Desmontando las estructuras que agreden a las mujeres

Aminetou nació en Nouakchott, la capital mauritana, en 1956, en una familia acomodada, que ella define como “feudal, árabe y de guerreros†que poseían propiedades y esclavos. Divorciada 3 veces, fue casada por primera vez a los 14 años; tiene 3 hijas y 1 hijo.

Empezó a militar a los 11 años en movimientos estudiantiles fuertemente atraída por ideas de izquierda y la defensa de los derechos humanos. Posteriormente entra en la Asociación de Mujeres Demócratas. 

La literatura sobre las revoluciones en Asia, Argelia y Francia la marcan profundamente convirtiéndose esas mujeres y jóvenes que resisten en modelos para ella. “No tenía miedo de nadaâ€, dice Aminetou, mostrando las cicatrices producidas por la violencia de su familia y la policía ante su militancia. “La joven debía estar en casa, cebarse y ser un instrumento en manos de la familia, especialmente los hombres. Yo era rebelde y negué la superioridad de los hombres sobre las mujeres, así como la explotación del ser humano por el humanoâ€.

En 1989 comienza el periodo conocido como “Les évènements (los sucesos)†en los que se producen masacres, deportaciones masivas, confiscación de tierras y exilio de un gran número de negro-mauritanos/as. Aminetu centra su actividad en la lucha contra el racismo y la esclavitud desde el Comité de Solidaridad con las Víctimas de la Represión  primero y posteriormente en SOS esclavos. Ella era la única blanca árabe y utiliza esa posición para  hacerse escuchar. 

“El Respeto de la diversidad cultural que es la garantía de la estabilidad y la cohesión social. Cuando se quiere desposeer a alguien de su cultura es hacer de él un enemigo. La diversidad cultural es la mayor riqueza que un pueblo puede poseerâ€, argumenta al comentar que la esclavitud y el racismo persisten en su país.

En 1999 presencia por azar el proceso judicial de una mujer que se había casado en secreto con un hombre que había fallecido. La mujer reivindicaba la paternidad de sus hijos y su derecho a la herencia. El tribunal dictó en su contra y la mujer, convencida de que sin dinero ni marido el futuro de sus hijos era incierto, cayó fulminada muriendo. Impactada por este hecho, Aminetu decide crear la Asociación de Mujeres Jefas de Familia para defender los derechos de las mujeres y llevar su voz fuera de Mauritania. El fin de la esclavitud y el racismo y la distribución justa de las riquezas del país son igualmente temas fundamentales para la asociación. “Queremos una socialización de los bienes de este paísâ€, dice hablando de lo inmoral de la pobreza en un país con numerosos recursos y poco más de 3 millones de habitantes. 

Aminetu vive una relación tensa con el Estado y con los grupos tradicionales en el poder pues, “la sociedad tradicional mauritana no tiene una buena imagen de mi porque yo molesto, yo destruyo lo que ella han construido como costumbres que no sirven al interés de las mujeres y al interés de la democraciaâ€, comenta afirmando  que al margen de los inconvenientes que le causa su militancia, el reconocimiento de la población y sus convicciones le hacen continuar trabajando. “Yo soy la única mujer que molesta a la feudalidad, la clase religiosa, a todo el mundoâ€. 

En junio 2014 el jefe del grupo islamista radical Amigos del Profeta, publicó en internet una fetua o edicto religioso llamando a asesinarla y  haciendo públicos sus datos de contacto: "Quien la mate o le saque ambos ojos será recompensado por Aláâ€. Según ella esto es debido en parte a que “cuando tienes el coraje de hablar de religión quieren terminar contigoâ€. Aminetu habla de diversas interpretaciones religiosas que perjudican a las mujeres sobre la herencia, la poligamia y la mutilación genital femenina, entre otros. “Quien conoce bien la religión y la contextualiza sabe que está dirigida a ayudar a los pobres y a las personas en situación de mayor vulnerabilidadâ€.