Mujeres en la lucha por la seguridad comunitaria en México
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- Escrito por Lolamora
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En los últimos años se han organizado grupos de autodefensa comunitaria en la montaña del estado de Guerrero, ante la necesidad de protegerse del crimen organizado, el saqueo de recursos naturales y la violencia. Que una mujer indÃgena sea lÃder de un movimiento ciudadano quiebra muchos esquemas en estos municipios.
â€Cada vez más mujeres ´le están entrando´… por muchos años no se ha visto esto", Sitlali Pérez Vásquez, lÃder naua de la PolicÃa Ciudadana y Popular (PCP) de Cualac, Guerrero, México.“Nosotros gritamos a todas las luces, a todos los vientos, aquà la mujer vale, aquà la mujer participa, aquà la mujer cuestiona, aquà la mujer propone, pero la verdad luego muchos compañeros [de la policÃa comunitaria] ¿qué hacen en su casa? ¿Cómo tienen a sus esposas? Y luego ¿Quiénes son realmente las que más destacan en el trabajo?â€
Son las preguntas que hace Sitlali Pérez Vásquez, lÃder naua de la PolicÃa Ciudadana y Popular (PCP), de Cualac, uno de grupos de autodefensa comunitaria que se han organizado en los últimos años, en la montaña de Guerrero, ante la necesidad de protegerse del crimen organizado, el saqueo de recursos naturales y la violencia.
Que una mujer indÃgena sea lÃder de un movimiento ciudadano quiebra muchos esquemas en estos municipios. A pesar de ello, Sitlali señala que de un año a esta parte los hombres han ido modificado su conducta y el trato hacia la mujer en Cualac: “Si antes veÃas que con morbosidad te hablaban, ahorita ya no lo hacen... Además, cuando las mujeres ven a una mujer que está hablando pues también se animan, ahora sà se avientan a decir lo que piensan (…) Cada vez más mujeres y chicas jóvenes le están entrando....por muchos años no se ha visto estoâ€.
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Entrevista realizada por Karla H.Mares, Agencia Subversiones y Andalucha (@Andalalucha) en Chiaucingo, durante el primer aniversario de la PolicÃa Comunitaria del municipio de Cualac, Guerrero, México.
Al tiempo que las comunidades guerrerenses y michoacanas se organizan, las mujeres también están buscando poner freno a la violencia sufrida por generaciones, y a la que poco caso se ha prestado dentro de la aplicación de los derechos consuetudinarios: la violación sexual e intrafamiliar, el tráfico y la venta de niñas y niños, la negación del derecho a decidir, la muerte materna, el abandono familiar, la falta de derechos económicos, y un largo etcétera. “Ahà empezamos una lucha de ideologÃas entre hombres y mujeres, pero no para destruirnos, sino para practicar la soberanÃa popular... Empezamos a organizar talleres, pero no solo con las mujeres sino también con los hombresâ€, indica Sitlali.
Cherán, Zitlaltepec, Olinalá
Las mujeres purepechas tuvieron un papel protagónico en la comunidad de Cherán, en el estado colindante de Michoacán cuando, en 2011, 13,000 ciudadanos se levantaron contra el crimen organizado y los talamontes. En esta comunidad se articularon procesos de reflexión profunda con el fin de renegociar el papel de las mujeres. Poco a poco, y venciendo múltiples obstáculos, también las mujeres me`phaa, na`savi, ñancue, y naua participan en la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), entidad de vigilancia y justicia comunitaria formada en 1995, que integra a más de 70 comunidades de la montaña de Guerrero.
En 2010, la CRAC albergó el primer encuentro de mujeres de la montaña en Zitlaltepec, allà se presentó “la Carta de los Derechos de las Mujeresâ€.
“Nosotras las mujeres nos organizamos para defender nuestros derechos, pero algunos hombres no están de acuerdo, porque creen que la carta es para que haya pelea entre marido y mujer. Les queremos decir que eso no es verdad, [esto es para que] nos respeten y reconozcan nuestros derechos. Queremos decirles a los otros comités de mujeres que no se sientan solos, porque ahora todas estamos juntas...â€, decÃa, por aquel entonces, Cándida Vázquez Penafort, presidenta del comité de mujeres de Zitlaltepec en testimonio recogido por Desinformemos. A pesar de su fuerza, esta carta de derechos todavÃa no es muy conocida en la montaña guerrerense. Sin embargo, como Sitlali Pérez, cada vez son más las lÃderes comunitarias que están asumiendo protagonismo público.
Es también el caso de Nestora Salgado, lideresa comunitaria que participó en el proceso constituyente de la policÃa del municipio de Olinalá – paralelo al de Cualac – y que se ha hecho tristemente famoso por la criminalización que ha sufrido.
“Estábamos cansados de que nuestras autoridades no hicieran nada, ellos no tenÃan ojos ni oÃdos, tuvimos que organizarnos por necesidad... A qué Ãbamos a esperar, ¿a que nos mataran? Pues no. Nos han puesto muchas piedras en el camino pero no ha sido tanto la delincuencia. El problema más grande aquà ha sido el ayuntamiento (…) Yo no le tengo miedo a los sicarios, le tengo miedo a que el gobierno me desaparezcaâ€, señalaba Nestora Salgado, en julio del año pasado.
Un mes después, el gobierno mexicano la acusaba de “secuestro agravado en perjuicio de seis personas†por ejercer su labor de policÃa comunitaria, a pesar de que existÃa en el Estado de Guerrero una ley (107) que reconocÃa la entidad jurÃdica de la misma. Poco después, Salgado era internada, de forma express, en una cárcel federal en Nayarit, a más de 1.000 kilómetros de Olinalá. Su caso no es un asunto aislado. Como señala Abel Barrera, del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, “entre agosto y diciembre de 2013, el gobierno del Estado de Guerrero ejercitó acciones penales contra 68 personas vinculadas a las policÃas comunitarias. 13 de ellas permanecen privadas de la libertadâ€.
Tratamiento informativo y acuerdos
En el tratamiento informativo que hacen medios mexicanos y extranjeros del tema están ausentes, casi por completo, las voces de las mujeres y los análisis profundos, aquellos que explican las diferencias entre los grupos de policÃa comunitaria de raigambre popular y aquellos cuya participación y financiamiento resultan obtusos.
Cuando el pasado mes de enero, la noticia sobre la confrontación armada entre grupos de autodefensa comunitaria en Michoacán y el cartel de los Caballeros Templarios recorrió por unos dÃas las portadas de periódicos y agencias, la cobertura mediática tomó tintes militaristas y se mezcló con la exotización de “una única mujer armada†en artÃculos que parecen responder a un universo masculino extraÃdo de la industria del videojuego: “Bonita resguarda su localidad patrullando con su pistola y su rifle R-15 en la cintura, pero eso sÃ, con jeans entallados y las uñas pintadasâ€.
“Ingobernabilidadâ€, “paramilitarismo†o “guerra civil†fueron términos con los que se describÃa a un pueblo alzado en armas, con quien el gobierno federal se sentó a negociar. El resultado de esas negociaciones fue la integración de los grupos de autodefensa comunitaria en las estructuras del estado federal y estatal a través de los resucitados “Cuerpos de Defensa Rurales†o en las policÃas municipales.
Este acuerdo ha levantado toda clase de especulaciones y sospechas en el, ya de por sÃ, enrarecido ambiente de la región mexicana, en el que la delincuencia organizada ha corrompido o nace de los diferentes órganos de gobierno del estado de Michoacán.
Algunos analistas apuntan a la inconstitucionalidad de los acuerdos o a la creación de grupos paralimitares. Si, como muchos testimonios señalan, “ninguna autoridad pudo cumplir con su función (de proveer seguridad) porque todas ellas eran parte de estos carteles o estaban en la nómina de estos carteles†¿qué significado tiene un acuerdo de estas caracterÃsticas? Y, una vez más ¿dónde quedan el papel y los derechos de las mujeres rurales? En ninguno de los artÃculos contemplados en los acuerdos aparecen mencionadas ni ellas ni sus reclamos especÃficos.
Más información en:
- Historia y participación de las mujeres en la Comunitaria
-Las mujeres en La Montaña de Guerrero: el otro brazo de la justicia comunitaria
- Entrevista a Nestora Salgado, coordinadora regional de autoridades comunitarias en Olinalá.
- Entrevista a José Manuel Mireles Valverde, consejero general del Consejo Ciudadano de Autodefensa de Tepalcatepec.